Posteado por: madeleine | junio 14, 2007

El encargo

Me citó aquel sábado, pero, por alguna equivocación del calendario –seguro, mía no fue– debió ser jueves. La espera en esa cafetería, tenía el resabio de un jueves, sí, día dilatado, procrastina, prolonga la agonía de la semana, el viernes menos cuarto, eso: esperar. Anticipar. Ad nauseam.

Se sentó, me dijo unos versos –supongo– en francés, que a mi me sonaron a voulez-vous, a la Chanson de Roland, a cassis, a croissant, a champagne, a Peugeot. Apestando perfume, me miró con una ceja levantada y media sonrisa, como esperando un suspiro o un sonrojo.

Le sonreí, falsamente le sonreí y con la punta del anular deslicé el sobre hasta el lugar donde –si hubiese llegado a tiempo– reposaría una tasa de café, porque dos días antes me pareció un tipo interesante, y sí, le hubiese invitado alguna taza de café para extender su compañía.

Pero ahora, ahora solo era el depositario del adjetivo, un melódico rimbombante, no, un triste payaso arrogante empleado para hacerme feliz.

Dentro está el encargo y el dinero –exhalé.

El cumplió y al siguiente día, me llamaban viuda.


Respuestas

  1. Cómo p%!*@? escribís tan bien primita?! Tiene un gustito tu prosa q me encanta…Me encanta me encanta me encanta!!!

  2. creo que es un episodio de algo más largo, al menos mi curiosidad me pide eso, su ritmo de pensamiento -de narrativa- con los detalles (lo del jueves, las palabras en francés, lo pesado del franchute meloso) hace que me interese en el personaje, pero me dejó con ganas, uno quiere más de su devenir inconforme, más sucesos con los que ella pueda detallada e irónicamente jugar, como en este caso. tal vez lo que viene después de esto, o antes, no sé. el hecho de encargar que maten al marido es, por supuesto, lugar común, pero su mirada sobre el acto es lo que le da originalidad, hmm, tal vez ella pueda ser protagonista de otros eventos habituales -como que la familia de él se quiera vengar de una manera algo sutilmente bizarra o qué sé yo- a los que ella le dé su comentario y ritmo de análisis disconforme, despreocupado o irónico, pero desesperanzado, no sé, me estoy imaginando nomás

  3. Nico, después de tanta micromicción no podés pedir «más», vos al menos. Además si fuera más extenso la sorpresa se iría al sorongo. Yo creo que si esas palabras en franchute las escribís en «criollo» ya está magdalena. Y como te dije, sos una escritora «vintage», el lado femenino de Arlt, no tengo idea de como hacer cursiva acá por eso abuso de comillas.

  4. Jaja, sí, estaba al tanto de la ironía al escribir el comentario. De todas maneras, yo creo que acá se delinea una cierta personalidad que comenta el mundo más allá de la clausura de las micromicciones. Es un capítulo. Pero no puedo negar el deseo de «más» microficciones, en todo caso, de la mirada de este personaje específico. Fragmentarios, lineales, qué sé yo. Yo veo la sugerencia de una saga -qué nombre-, jaja.

  5. Pleno de originalidad con un mix de humor negro. Me encantó, solo cambiaría la palabreja procrastina que me recuerda a un derivado de los triglicéridos, de esos que siempre estan altos. La ironía es casi filosa, excelente. Ah, en este mundo globalizado nada se salva. Peugeot ya no es Peugeot sino PSA. Sintetizando…Chapeau!

  6. En todo caso pueden ser diferentes cuentos con diferentes historias de la viudita.


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